lunes, 22 de septiembre de 2014

Costa oriental Asturiana

Llega el día en que los astros se alinean, y me permiten disfrutar de un día entero libre para salir a dar una vuelta, pero una vuelta de las de verdad, de esas que marchas sin prisa, y a pesar de que tengas un destino y un itinerario marcado, siempre te puedes permitir ciertas licencias que se alejen de la ruta planeada.

La idea es ir hasta Lastres, en la costa oriental asturiana, pasando por Cangas de Onís y cruzando el Fito, pero ya veremos cómo desemboca todo…

Son las nueve y media de la mañana, y una vez cumplidas mis obligaciones mañaneras, arranco la moto y ya puedo salir a rodar.




El día se presenta nublado, pero con una temperatura estupenda, que hace que no te sobre nada de ropa, aunque tampoco eches nada en falta.

Pues ya que la idea es ir para Asturias, y rodar por allí tranquilamente, decido ir por la autovía a cumplir la primera misión del día, comprar unas ricas corbatas que al día siguiente marcharían para Valencia. Las compro en losTánagos, un pueblo cerca de Unquera , célebre por la elaboración de éste dulce, que no es más que hojaldre alargado cubierto de una capa de azúcar:





En Unquera me detengo a tirar unas fotos al puente que cruza el rio Deba que hace de frontera entre Asturias y cantabria:


























Aquí es donde debería enfilar hacia Panes para ir hasta Cangas de Onis por la ladera Sur de los picos de Europa, pero el cielo esta con muchas ganas de empezar a  descargar agua, y la aplicación del tiempo del móvil ya estaba anunciando agua para Cangas, así que tiro por la costa hacia mi destino, Lastres.

Desde Unquera subo hasta colombres por la revirada carretera secundaria, por la que no me cruzo más que una gallina que se había escapado del corral. Aquí en Colombres se celebra anualmente una concentración de motos antiguas, y también se la conoce por albergar el archivo de indias:























Tiro la foto sin bajarme de la moto, y enfilo hacia Llanes por la nacional, que transcurre en paralelo a la autovía en aún construcción.

Antes de llegar a Llanes, bajo a la playa de Vidiago, la cual no conocía, y me ha gustado mucho, la pena es que arena tiene poca, no sé si será por los temporales de este invierno que la han vaciado.


Allí me encuentro  a un inglés que estaba haciendo el camino de Santiago, haciendo unas pirámides con las piedras de la playa. Estuve charlando un rato con él, y le pregunte el porqué de esas construcciones, y me comentaba que le servían para relajarse, pero tampoco me dió una explicación que me convenciera más, porque me esperaba que tuvieran algún significado más allá del mero quita stress.




































Pues nada, me pongo el casco y en cinco minutos me planto en Llanes con la idea de tomar un café y dar un paseo tranquilamente, aunque acabo tirando unas fotos deprisa y corriendo porque el cielo empieza a amenazar con tirar agua:







Llanes es una chulada de pueblo, ya te des un paseo por el interior, con calles estrechas, con casas de piedra, pequeñas plazas, su muralla, etc, como por la costa con la playa del Sablón o el Paseo de San Pedro.






































































A la salida del pueblo, esta es la pinta que presenta el cielo:























Vamos, que hoy por fin, ya toca mojarse, han sido muchos los días que he esquivado la lluvia, pero me parece que hoy no me libro, pero tampoco puedo desaprovechar el diaasi que si hay que mojarse, pues se moja uno…

Desde Llanes salgo hacia Ribadesella por la nacional, recorriendo los veintipocos kilómetros que las separan, me detengo en la playa de san Antolin a tirar un par de fotos, ya que siempre que paso la veo desde la autovía y me quedo con ganas de conocerla













En este punto es donde la lluvia hace acto de presencia, la cual me va a acompañar durante el resto de la jornada. Agradecer profundamente y con todo el sentimiento a Oscar, que me deseara que me lloviera todo el día.

En media hora me planto en Ribadesella, regado por la fina pero constante lluvia, ahora si, a tomar un café tranquilamente.











Me hubiera gustado dar un paseo por el muelle, pero tampoco era plan hacerlo bajo la lluvia, por lo que tranquilamente me tomo el café y de nuevo a la moto, que hay que cumplir la mision, llegar a Lastres.

La salida del pueblo da fé de lo que me espera:







Aquí cojo la autovía hasta Colunga, con la idea de hacer la vuelta por la nacional. El trayecto lo cubro en unos veinte minutos sin pena ni gloria. A pesar de la velocidad, mi fiel chaqueta Acerbis de outlet aguanta el agua y todavía no me empapa.

Y en Lastres que me planto, la primera parada es para comprar el avituallamiento en el super del pueblo.

El pueblo esta construido sobre una ladera que desemboca en un pequeño puerto, y las calles están amontonadas unas encima de otras, sin mas patrón que el dictado por la arquitectura de sus casas, pero eso si, les ha quedado precioso.








Después de hacer la compra, me bajo hasta el muelle, y me doy un paseo:
























Y a lo tonto, ya es la una y media, y en el baúl me espera impaciente la comida, y desde las nueve que he desayunado, ya va siendo hora de reponer. Así que subo a lo alto del pueblo a un mirador, y en el soportal de una iglesia monto todo el tinglao para comer. Mas que una iglesia, parece una altar, ya que en su interior lo único que hay en una imagen , y un montón de monedas que va echando la gente



























Después de comer el bocadillo, es el único rato que no ha llovido, y me he podido sentar a echar un cigarro tranquilo, con esto por delante:

























Nada más acabar el cigarro, empieza de nuevo a llover, así que nada, el paseo planeado por el pueblo queda anulado…menos mal que hace un par de años visité el pueblo con un espléndido día.

Tiro por la carretera nacional hasta Ribadesella, como me ha gustado, todo curvas, cero coches, bosque…muy bonita, pena de agua… a la altura de Lloroñi, paso por el cruce que lleva a el Fito, pero tampoco subo, ya que una intensa niebla le cubría por completo, otra vez será.

En Ribadesella no me detengo, y continuo hasta Llanes donde de nuevo me detengo, a tomar un café, y a dar un paseo, ya que parece que escampa:









































































Parece que el agua va a dar un poco más de tregua, así que poco a poco voy tirando para casa, pero en Pendueles me desvío con la intención de visitar la playa y el acantilado, ya que desde la carretera  se ve que hay un camino que va por la costa, y tenía ganas de conocerlo.
























Como me ha gustado esta parte de la costa Asturiana, la que visitaré de nuevo, con mas tiempo y a ser posible sin lluvia.

De nuevo engancho la autovía en Unquera hasta casa. Son las cinco y pico de la tarde y ya va siendo hora de regresar.

Decir que esta entrada esta escrita desde principios de Junio, pero a la semana me quedé sin ordenador, y hacerlo en el ipad es un coñazo total, de ahi que las fotos no tengan formato y demas.  Cuando tenga de nuevo ordenador, la editaré como se merece.

Editadas las fotos y puestas como se merecen..


Saludos