20/04/15
Han sido varias las salidas que he realizado a lo largo
del otoño/invierno, pero en todas ellas apenas he sacado un par de fotos en
todo el recorrido y me parecía un poco triste colgar la crónica con cuatro imágenes.
La de esta mañana llevaba los mismos derroteros que las
anteriores, y más cuando me he dado cuenta que la cámara que me trajeron los
reyes estaba sin pila…falta de previsión. La verdad es que lo de hoy no estaba
planeado, y surgió por la mañana, por lo que no hubo tiempo de ponerme a cargar
la batería. Las fotos de hoy han salido todas con una especie de niebla que da
pena verlas, creo que es debido a que llevaba el móvil en el bolsillo del pantalón,
y dado que la temperatura era baja, la condensación ha hecho el resto del
trabajo. No por ello voy a dejar de colgar la crónica…
A las nueve y poco de la mañana ya estaba brillando el
sol con fuerza y la temperatura no es de menos de quince grados, por lo que
presto arranco la moto y salgo hacia Sarón. Desde mi casa hasta éste punto no
hay más de quince kilómetros, pero ha habido más tráfico en este trayecto que
en el resto de la jornada, así que estupendo.
Dejamos atrás Sarón y continuamos en dirección Selaya,
que a pesar de ser una mañana calentita, en este tramo al discurrir al borde
del rio Pisueña y estar en zona relativamente sombría, se nota el frescor.
Parada técnica para repostar, ya que la siguiente gasolinera esta en Espinosa
de Los Monteros, y me debía de quedar menos de un cuarto de depósito. Nada más
pasar Selaya, tomamos el desvío que nos lleva por el Alto del Caracol hasta San
Roque de Rio Miera. Es un puerto que el que rápidamente vas ganando altura,
ofreciendo unas vistas muy completas del valle en el que se encuentra Selaya:
Desde este punto se puede ver el mar, aunque la distancia
en línea recta no es excesiva. Pena que con la bruma del móvil no se pueda
apreciar.
El asfalto se encuentra en buen estado, y está
completamente seco, y no me crucé más que al panadero, por lo que en un momento
me planto en lo alto:
La bajada nos lleva a los pies del Puerto de Lunada, a
apenas dos kilómetros de San Roque de Rio Miera. Para llegar a este punto he
cogido el camino largo, ya que podía haber llegado subiendo por Lierganes; pero
es una carretera que no me gusta mucho, sobre todo el tramo desde Mirones, ya
que la carretera es tremendamente estrecha, sin delimitador de carril y con
curvas muy cerradas.
Pues para arriba de Lunada que vamos. Este puerto aún no
le había hecho con esta moto, sí que le hice con la CBF y con la Africa Twin.
Es perfecto para una trail, o cualquier moto con largos recorridos de suspensión,
ya que el asfalto está completamente roto y bacheado. En otra ocasión ya hable
de este tipo de carreteras cuando subí Estacas de Trueba (une la Vega de Pas
con Las Machorras ya en la provincia de Burgos)
No hará más de un mes que se ha abierto al tráfico este
puerto, y que después de las nevadas de febrero llegó a acumular espesores de
nieve de más de cuatro metros. Buena cuenta de ello dan los neveros que aun te
encuentras en las zonas más sombrías resistiendo los rayos de sol de esta
primavera que parece que ya empieza a arrancar. La temperatura que marcaba el
reloj chino no pasaba de diez grados.
Las abundantes nevadas también se han dejado ver en
forma de corrimiento de tierra, siendo varios los que encontramos a medida que
subimos
Poco antes de llegar a lo alto han
construido un mirador al que se accede a pie después de subir un montón de
escaleras, con un paso bastante incomodo por cierto. Eso sí, merece la pena, ya
que desde aquí se puede divisar la bahía de Santander. Pena de cámara de fotos
decente:
En cinco minutos nos plantamos en
lo alto del Puerto:
Y esto es lo que dejamos atrás:
Poco más adelante nos adentramos
en la Provincia de Burgos, aunque el estado del asfalto sigue siendo el mismo,
para llegar a la abandonada estación de esquí de Lunada. Hoy no la he visitado,
pero tampoco tiene mucho que mostrar:
Es este punto nos encontramos a no
más de quince kilómetros de la primera parada de la jornada, Espinosa de los
Monteros, conocida como la cabecera de los Valles Pasiegos. Aquí pararemos en
Sancho Garcia a tomar un pincho de tortilla y café en la terraza, que me sienta
estupendamente. En este establecimiento ya he comido un par de veces, y es de
esos sitios en los que se come de verdad y barato.
Son las once y pico de la mañana y
aquí se está de maravilla, pero he de ponerme de nuevo en marcha hacia Reinosa.
Desde aquí hay unos sesenta kilómetros, que transcurren por la espalda de la Vega
de Pas, unidos ambos valles por el Tunel de La Engaña, a cuya boca sur se accede
a través de la localidad de Santelices, aunque dejaremos la visita para otra ocasión.
La anterior y única vez que lo visite, fue con mi amigo Briz, y se trata de un lugar
completamente abandonado, en estado ruinoso y bastante lúgubre, al cual se llega
por medio de una carretera de cemento bastante estrecha.
Y dejando atrás Santelices llegamos a Soncillo por una
carretera facilona y en muy buen estado y carente de circulación, con una
temperatura de unos veinte grados, lo que ha hecho del camino una delicia. Cosa
que se ha repetido por la revirada y perfectamente asfaltada carretera que
transcurre por la orilla Sur del pantano del Ebro hasta la localidad de
Matamorosa
En Matamorosa hemos cogido carretera de
Corconte hasta los pies del Puerto del Escudo. Este camino bordea el pantano por
el norte, pero nada tiene que ver con la otra orilla. Esta es mucho más
aburrida, mientras que por el otro lado hay subidas, arboles, curvas, bajadas, más
curvas, algo de bosque…por el norte hay rectas y poco más que ver…
Sin detenerme encaro el ascenso al
puerto del Escudo por su cara sur, subida realmente corta y sin ninguna emoción;
enlazando sin parar hasta Puente Viesgo donde paro a tomar un refresco, y para
casa que ya son las dos.